La reciente proyección de Napoleón, dirigida por Ridley Scott, ha desencadenado un intenso debate debido a las críticas acerca de la falta de fidelidad histórica en el filme. Aunque los primeros señalamientos no provienen de expertos en cine, Ridley Scott ha respondido de forma contundente en defensa de su obra. La discusión sobre la precisión histórica se ha generado previo al estreno de la película, lo cual ha generado una gran expectativa. A pesar de las críticas, la cinta ha obtenido un rendimiento económico satisfactorio y se espera con gran interés la versión extendida.
Tres días después de su lanzamiento en cines, Napoleón, el biopic dirigido por Ridley Scott y centrado en el famoso corso, ya genera una intensa polémica con críticas severas y respuestas aún más ásperas por parte del propio Scott. Nada sorprendente considerando que se trata de una gran producción. Lo curioso es que los primeros detractores no son críticos de cine y las respuestas de Scott no se enfocan en aspectos técnicos o posibles errores de guion. El ámbito de desacuerdo es completamente distinto (y complicado de manejar): la narrativa.
Napoleón no es un personaje común en última instancia. Sin tener en cuenta su relevancia en Europa y especialmente en Francia, es uno de los líderes más populares de, al menos, los siglos recientes. Y debido a esto, también es uno de los más estudiados, tanto en la ficción como por los expertos e investigadores. Scott mismo ha reconocido que existen más de 2.500 libros sobre Bonaparte y, hasta hace unos años, era el protagonista histórico más retratado en el cine. Según los registros del Guinness World Records, ha sido representado en un total de 189 películas entre 1897 y 2000. Y han transcurrido 23 años desde entonces.
Los investigadores cuestionan respecto a temas que van desde imprecisiones puntuales, que podrían considerarse como licencias creativas completamente aceptables, hasta otras que «distorsionan» la narración histórica. De todas estas, existen dos que han sido especialmente comentadas: la primera se refiere a las imágenes en las que se observa cómo el ejército francés dispara a las pirámides durante su campaña en Egipto; la segunda es la aparición de Napoleón durante la muerte de María Antonieta.
Según la cadena France Info, Georges Mourier, experto en la figura del emperador francés y cineasta, evoca que Bonaparte no estuvo presente durante la ejecución de María Antonieta, pues se encontraba en el asedio de Tolón. En la película de Scott se destacan también otros detalles, como el hecho de que la reina francesa llevaba el cabello corto al ser guillotinada, a diferencia de lo que se muestra en el nuevo film, y que el líder francés «nunca ordenó bombardear las pirámides».
Esos tampoco son los únicos aspectos que han «sorprendido» a los historiadores. En cuanto a la interpretación de los papeles, en la cinta, Napoleón es representado por Joaquin Phoenix y su primera esposa, Josephine de Beauharnais, es interpretada por Vanessa Kirby. Ambos actores tienen una diferencia de edad de alrededor de 14 años, a diferencia de la vida real donde la diferencia era de seis años. Incluso en Francia, hay quienes se han mofado de la escena en la película donde los soldados gritan «Vive La France» con un notorio acento estadounidense. La escena, mencionada por la versión nacional de GQ, resultó ser «extremadamente desacertada, poco natural y, sin quererlo, divertida».
Algunos detalles destacados son resaltados por Mourier y, efectivamente, difuminan los hechos históricos. «Modifica una fecha relevante. Joséphine murió antes de los Cien Días, el 29 de mayo de 1814. Sin embargo, en la película fallece cuando Napoleón ya ha desembarcado en Golfe-Juan, al regresar de Elba», señala. También se altera de cierta forma la batalla de Austerlitz. El experto reconoce, de todas formas, ciertas licencias que hacen que la narración sea «más impactante y comprensible» y asegura que tampoco le incomodan las «licencias cinematográficas» en la producción de Scott.
Según Mourier, la película afecta el mensaje sobre Bonaparte, su legado y contexto. Deforma su lenguaje y muestra detalles que van más allá de su opinión. Por ejemplo, en la coronación de Napoleón, se le hace decir: «Recogí la corona de Francia del río…». Esto distorsiona por completo su habla, ya que Napoleón fue coronado emperador para evitar ser visto como la continuación de la monarquía. Según explica Mourier, el juramento de 1804 se acerca más al deseo de honrar los logros de la Revolución que a prolongar cualquier aspecto del Antiguo Régimen.
También se argumenta que Mourier sostiene que en la película «faltan numerosos elementos geográficos» que explican las decisiones de Bonaparte, el rol de Inglaterra o que directamente ayudan a entender la cantidad de víctimas en las batallas. «En esta película, el personaje de Napoleón no tiene la importancia de su geopolítica real, así como tampoco su legado civil», lamenta el experto. Hace algunos meses, el propio Scott generó controversia al comparar a Napoleón con Alejandro Magno, Adolf Hitler o Stalin.
CORRECIÓN:
También se argumenta que Mourier sostiene que en la película «faltan numerosos elementos geográficos» que explican las decisiones de Bonaparte, el rol de Inglaterra o que directamente ayudan a entender la cantidad de víctimas en las batallas. «En esta película, el personaje de Napoleón no tiene la importancia de su geopolítica real, así como tampoco su legado civil», lamenta el experto. Hace algunos meses, el propio Scott generó controversia al comparar a Napoleón con Alejandro Magno, Adolf Hitler o Stalin.
‘Napoleón no es la primera película y probablemente tampoco será la última cuestionada por sus licencias e imprecisiones. La lista larga de películas que han recibido reclamos similares incluye biografías y otras películas históricas como ‘Espartaco’, ‘Braveheart’, ‘Titanic’ e incluso otra de las películas protagonizadas por Phoenix, ‘Gladiator’, que, entre otras cosas, modifica significativamente la muerte del emperador Cómodo. Incluso ‘Oppenheimer’, la última producción exitosa de Nolan, no escapa de esta lista.
A veces los errores son cuestiones de detalle, menores; en otras ocasiones, afectan la narración histórica. Pero el debate siempre gira en torno a las mismas preguntas: ¿Son aceptables las licencias en una obra de ficción que, después de todo, no se presenta como documental? ¿Debe una película biográfica ser fiel a las biografías? ¿Es incoherente que una producción invierta millones de dólares en escenarios, decorados y vestuarios lo más realistas posibles y luego no respete los eventos históricos?
En estos momentos, la discusión está siendo provechosa para ‘Napoleón’ en términos de generar reconocimiento. En su estreno en Francia, logró obtener alrededor de 1,02 millones de dólares, vendiendo 120.000 boletos, según lo informado por Variety. Algunos están emocionados por la versión extendida que estará disponible en Apple TV+, la cual tendrá una duración superior a cuatro horas y explorará más a fondo la perspectiva de Scott, como por ejemplo Mourier.